El clavo es el brote o botón de la flor, originario de las islas molucas, con un aroma muy intenso y penetrante. Es utilizado como acompañante de platos de carne, aves o patés. Exalta muchos platos de la cocina oriental; forma parte de la mezcla de las cinco especias chinas y es muy usada en los curris indios.
El clavo molido es una especia con un potente poder saborizante, un aroma intenso y un sabor que recuerda a toques orientales, ya que desde hace siglos se utiliza en países como China o India para elaborar platos típicos de carne y arroz. Debe emplearse con moderación, ya que una pizca de este condimento es más que suficiente para dar sabor a cualquier tipo de plato, ya sea dulce o salado. El clavo de olor no sólo sobresale por sus cualidades culinarias, sino también por sus innumerables propiedades antiinflamatorias, antibacterianas o anestésicas, entre muchas otras.
El clavo es conocido desde hace siglos por su capacidad para aliviar problemas digestivos como las náuseas, los vómitos, las hinchazones abdominales o la diarrea. Además, es un potente remedio para combatir la halitosis, los gases y las flatulencias. Consumir este condimento también es ideal para aliviar las digestiones difíciles, abrir el apetito y expulsar los gusanos intestinales.
Asimismo, el clavo molido es un excelente ingrediente para tratar enfermedades respiratorias como la bronquitis, la tos o los resfriados. También ayuda a eliminar el mal de altura. Estudios recientes han comprobado su poder para eliminar bacterias, hongos e infecciones de la piel. Por este motivo pueden emplearse preparados con clavo para uso externo para tratar el dolor de muelas, las infecciones vaginales, las anginas, los hongos de los pies y las uñas o las úlceras de boca.